A toda la Delegación de nuestro trocito de Iglesia que sueña con ser puenteQuise alzar los pies del suelo
Feliz Navidad. Feliz Utopía. Pueblo de Dios
y levantar los ojos a lo alto
y saltar a la otra orilla
estirando mi vida hasta el extremo
como puente tendido a la utopía.
21 de diciembre de 2006
Felicitaciones de Navidad a la Delegación
Cartas desde la Esperanza
| Cartas desde la esperanza En Comunidad Tierra Esperanza. Apdo. 80. 21200 Aracena (Huelva) Teléfono:959508188-676462311 |
Llegado el tiempo en que Dios decidió rasgar el manto de la historia para invertir totalmente en amor de donación absoluta, ocurrió lo que siempre ocurre cuando nos implicamos: ya no hay desconocimiento, ni separación, ni olvido. No hay amenaza por parte de un Dios que respeta la libertad del hombre, de forma tan exquisita, como para no imponerse. El acuse de recibo es que “toma carne”, esto es, se historiza para proponer un mar de liberación que consiste en parecerse a Él, hasta quemarse. Por eso desciende para que ascendamos. El hombre es un piélago de posibilidades. Esto es, una fortuna por invertir, una esencia por convertirse totalmente en ser. O, dicho de otra forma, nuestra identidad más profunda consiste en ser como Él. Sin merma de identidad, sin menoscabo de nuestro libre albedrío, si perder ni un ápice de nosotros mismos. Ni del Otro.
Por todo esto no miramos al mundo con sospecha. Nada de eso. Estamos en él para combarlo hacia su plenitud. Estamos en medio de todo para que todo se convierta en medio de perfección. No nos pueden despedir con cajas destempladas cada vez que, con la carga de humanidad a cuestas, queramos amar a todas las criaturas desde Dios.
Tampoco debemos ser suspicaces cuando veamos que la meta encuentra serios obstáculos que incitan a la desesperanza. Hay un reverso de la moneda y que es un brutal encontronazo con los que no quieren ni plenitud de opción, ni recursos para optar. Piensan algunos que hay una sospecha de malignidad, y la echan sobre los hombros de quienes quieren querer más. Curioso. Nos van a perseguir, igual que al Dios que quiso ser nosotros y lo acabaron botando de la vida. Nada hay de nuevo bajo el sol. También ahí reside nuestra grandeza: aceptar que esta irradiación de vida provoca a la muerte y la descabalga del protagonismo, y la entierra en el olvido. Por eso, precisamente por eso, el aguijón se vuelve contra el mensajero, no lo olvidemos.
Pero no andábamos en eso, que era la luz arrojada la que nos traía y llevaba.
Estamos atados a la trama del mundo no por un Ser Supremo a quien no podemos llegar ni con nuestras oraciones, sino por Alguien pleno de humanidad que llora sobre el mundo su misericordia haciéndose uno con todos los hombres y mujeres. Estamos ligados al suceso corriente de las cosas porque nuestra identidad es similar a aquel a quien seguimos. Sí, lo Absoluto se hizo relativo. El Amor absoluto se convirtió en tiempo. La eternidad optó por un lugar en el espacio. Ahora es el tiempo en el que conocemos la grandeza insondable del hombre porque Dios se enamoró de él. Es mucho más que nuestro aliado. Es el Amante que lanza requiebros amorosos a lo largo de
La correspondencia es natural. Como la de quien por ser amado, ama. No podemos escribir hojas de reclamación dentro del hogar. No podemos huir del hambre que nos impele hacia la eternidad. Pero la delicadeza es un atributo divino. No se impone, se propone. A hurtadillas, en medio de un tiempo desconocido, en un lugar ignoto: ahí se acerca. Ya para quedarse. Para siempre.
Pero no temáis. Todos los eones de tiempo no nos va a separar de Él; todas las murallas de desconocimiento, las fuerzas negras y ocultas jamás podrán cubrir su rostro y su cuido sobre nosotros.
Como caricia que avecina mayores amores, así se presenta en la historia. Y, por si acaso, podemos atisbar la hondura y la profundidad de su cercanía sólo con examinarnos dentro. Lo curioso de este Dios encarnado es que lo podemos encontrar en la realidad íntima de la que estamos tejidos.
Muy Feliz Encarnación.
18 de diciembre de 2006
Llega la Navidad
La humanidad se prepara para celebrar la Navidad de diferentes maneras. Es cierto que este acontecimiento de la presencia de Dios ha partido en dos la historia y, querámoslo o no, nuestro tiempo cuenta con un antes y un después de Jesucristo.
Es tiempo de recordar que no es hoy el acontecimiento en el que Nace Jesús, pero sin embargo sí el afirmar nuestra presencia concreta en el mundo (como cristianos) concretamente por este acontecimiento. Es momento de sentarnos para darnos las razones suficientes de todo el trabajo y el esfuerzo que estamos haciendo por construir un mundo que se parezca más a como Dios lo pensó. Es momento de contemplar "el misterio" y seguir descubriendo más cosas. Es la vida la que sigue pasando por nuestra historia y a la que nosotros hemos de seguir dando respuestas de Dios.
Sigue siendo un misterio que "la debilidad de un niño" siga llamando a los corazones de los creyentes para ponerse en sus manos. Sigue siendo un misterio que la palabra fraternidad siga sonando fuerte cuando hay muchas razones en muchas personas para borrarla. Sigue siendo un misterio que tú y yo, con nuestras debilidades, nos sigamos sintiendo tocados por el dedo de Dios a continuar un proyecto que va más allá de nosotros, pero también en esta época con nosotros.
Vivamos la Navidad, hagamos que las luces sean de verdad reflejo de La Luz que rompe y rasga la oscuridad, que la mesa de nuestra casa sepa a familia y a vida y compartamos lo que se nos ponga en los platos con sencillez, acordándonos de los que no tienen, que también están en el corazón de Dios. Sirvamos a la humanidad, no nos cansemos. Nuestro oficio es hermoso.
Dios nos siga bendiciendo para ser causa de bendición para muchos.
Un abrazo a todos en este encuentro de Navidad en el Señor